Las Playas de Trujillo son unas de las Mejores de Honduras
Usted
puede descubrir una incomparable Belleza natural en algunas de las playas más
vírgenes de Honduras con arrecifes costales de coral y vistas al mar abierto.
Entre lo mejor de las playas de Trujillo es la playa del aeropuerto (donde se pueden
encontrar varios restaurantes), la playa de Campamento Cabañas y restaurante
(que tiene una piscina, zona de juegos infantiles y comidas de mariscos) y la
playa de Casa Kiwi (una delicia para los mochileros). El único lugar que ofrece
todo tipo de actividades en la playa, alquiler de bicicletas y equipo de
snorkel, y información turística. Aunque Trujillo es
una ciudad amigable y seguro, donde la mayoría de las personas se conocen entre
sí, cuando vas a la playa, no pierdas de vista sus pertenencias – puede ser que
se vayan con las olas y sean arrastrados hacia el mar! Traiga repelente de
insectos y protector solar resistente al agua.
El
pueblo de Trujillo está ubicado en la costa norteña de Honduras al pie de las
montañas Capira y Calentura sobre una pequeña barranca que da a la bella y
extensiva bahía de Trujillo. Nosotros de los Estados Unidos de América creemos
que América Central tiene una costa oriental (caribeña) y una costa occidental
(pacífica). Sin embargo, si usted consulta el mapa, entenderá que una gran
parte de la costa caribeña de Honduras corre del este al oeste y en realidad da
hacia el norte.
Detrás
del pueblo de Trujillo (una área cuya población es
aproximadamente 30.000
habitantes), suben las montañas de Capira y Calentura alcanzando una elevación
de un poco más de 4.000 pies sobre el nivel del mar. Afortunadamente, el área
que encapsula las montañas se ha convertido en un parque nacional y ha recibido
fondos (principalmente de Canadá) que han asegurado un cierto nivel de
protección.
El
centro histórico está compuesto de tan sólo doce cuadras entre las cuales se
encuentran la catedral, la plaza central, una fortaleza española histórica y
unos edificios que faltan ser restaurados. Algunos de ellos son de la época de
colonización española y otros son de origen francés colonial construidos en el
siglo XIX. Mantengamos esperanza de que los funcionarios en Honduras y en
Trujillo aseguren que el ambiente histórico tan agradable será preservado y
enriquecido. Desafortunadamente, la familia Glynn ha quitado el techo de uno de
los edificios históricos más importantes de la plaza central y ha dejado que se
descomponga la estructura de adobe construida hace varios siglos. El
Departamento de Historia y Antropología hondureño no tomó ninguna medida para
intervenir para que se preservara esta estructura importante. De modo que ahora
ya no existe y se ha reemplazado con un edificio construido de bloques de
concreto y columnas de plástico. Esperemos que en el futuro se preste más
atención al centro histórico de Trujillo.
Al
pie de la fortaleza española situada sobre la barranca se encuentra la playa
arenosa de la bahía de Trujillo. Varias palapas que se llaman
"champas" sirven comida, bebidas y tocan música. Pocas lanchas
motorizadas frecuentan la bahía salvo las dos lanchas semanales de la compañía
Dole que visitan el puerto moderno de Puerto Castillo el cual queda a ocho
millas al otro extremo de la bahía. Sin embargo, casi todas las mañanas, se ven
los pescadores garifuna en sus canoas trabados de troncos de árbol impulsados
por el viento y las paletas pescando con filas de mano o buceando para
encontrar las conchas y langostas. Después de que los vientos empiezan a soplar
cada mañana, alrededor de las 10 u 11, todos regresan y la bahía queda sin
actividad humana.
Justo
al este de Trujillo en el "brazo" de la bahía se encuentra la laguna
de Guaimoreto. También es un parque nacional y área protegida. La laguna, igual
que los montes de Capira y Calentura, está protegida por una fundación casi
independiente llamada FUCAGUA. El jefe actual de FUCAGUA es Freddy Matute. Se
puede llamarlo en la oficina de FUCAGUA ubicada en la calle al Hotel Villa
Brinkley a mitad del camino al lado derecho. El número de teléfono es al
434-4294. El esta trabajando febrilmente para utilizar los nuevos fondos
recientemente recibidos para realmente proteger la laguna y las montañas y sus
bosques.
Esperamos
que el gobierno, en un futuro cercano, agregue acres adicionales a lo largo de
la cordillera de la costa al sistema de los parques antes de que sea demasiado
tarde. La deforestación está avanzando a una velocidad espantosa en las áreas
no protegidas debido a que los campesinos queman los árboles en las laderas
empinadas para crear milpas para sembrar el maíz y frijoles en las cenizas.
Cada año, proceden a un área nueva para repetir el proceso. A veces se puede
ver un área que obviamente fue despejado año tras año por una familia y el
crecimiento sucesivo de las palmas silvestres que siempre sigue. Quizás, el
incipiente crecimiento de turismo histórico y ecológico y la presencia de
playas y casas de playa nuevas en el área proporcionarán el impulso económico
necesario para que la deforestación vuelva inaceptable y sin remuneración
económica.
Al oeste de Trujillo sobre una
carretera sin pavimento que fácilmente se puede maniobrar salvo unos días
durante la temporada de lluvia, se encuentran los pintorescos pueblos garifuna
de Santa Fe, San Antonio y Guadalupe. Sobre el camino a Santa Fe, usted pasará
Playa del Marquéz, una urbanización controlada que ocupa veinte acres sobre la
playa. Los dueños están vendiendo los solares en la playa y en el bello cerro
atrás. Se cuenta con conexiones de luz y agua y se ha construido una bella
casilla de seguridad de dos pisos al estilo español. Justo después de Playa del
Marquéz se encuentra Tres Conchas, donde el intrépido expatriado
alemán/americano, Birke Campbell (tel 434-4198) ha vendido casi toda su
urbanización de aproximadamente el mismo tamaño. Más adelante sobre la playa,
un Canadiense ha vendido su propiedad en solares de dos acres y ya se han
construido varias casas grandes. Al acercarse a Santa Fe, unos portales a mano
derecha indican la entrada de un centro de vacaciones de tiempo compartido que
está bajo construcción.
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